Un visitante algo peculiar...

Ciertamente Nueva York no es conocida por ser una de las ciudades más tranquilas de Estados Unidos, teniendo una de las más altas tasas de criminalidad, aún así, el cuerpo policíaco y héroes enmascarados se encargan de mantener una estable tranquilidad. Sin embargo, dos misteriosos seres empiezan a sembrar el caos en aquella ciudad uno que porta un traje de un color rojo intenso había asesinado a sangre fría a un pobre ciudadano al parecer solo por diversión, mientras un segundo que luce similar más que de color negro había decidido divertirse tirando a seis más desde las alturas.

Una joven alarmada parece intentar controlar a la multitud que corre desesperada para no ser asesinada también, sin embargo aquellos asesinos parecen no tomarla tanto en cuenta.

Los seis cuerpos caían libremente rumbo al suelo con un destino aparentemente sellado por aquellos malvados, los gritos de horror se alzaron por todo Nueva York, más para una segura sorpresa de los presentes, en solo unos instantes antes de que terminaran manchando aquel pavimento, las seis personas desaparecieron ante el paso de una borrosa luz azul y roja.

Entonces más allá de donde aquella escena se realizaba, flotando por encima de la calle se localiza un hombre con una gran capa roja y una "S" en su centro, quien sostiene a los seis desde sus ropas y mira de reojo a las dos personas causantes de tal horror, mostrando una clara señal de molestia.

--- Vayan a un lugar seguro --- les indica Superman quien los deposita con cuidado en el suelo.

Para cuando los seis empezaron a correr, aquel hombre de Krypton se da la vuelta aún flotando viéndoles fijamente, si hay algo que realmente le molesta es que jueguen con la vida de los humanos de aquella manera y el no iba a permitir más asesinatos.

--- El juego termino --- declara Kal-El.

Así, aquellas seis vidas habían sido salvadas y había alguien más además de aquella jovencita que intenta marcar la diferencia. Un hombre de cuerpo fornido y traje azul reconocido ampliamente en el mundo como Superman.

Off-Topic: Perdonen que me meta, pero odio los asesinatos

Spoiler:

**Escándalo en la gran manzana, se podía apreciar una primicia en los titulares de tal índole, mientras los neoyorkinos corrían despavoridos, creando una curiosa amalgama de colores mientras revoloteaban por las calles en busca de protección, alarmas de policía, helicópteros y autos eran como una sinfonía caótica haciendo una oda a la destrucción, en donde apenas alcanzan la introducción y la primera tonada, ya que la mejor parte del recital comenzaba justo después de que se elevaban los gritos a su mas bella expresión. No se sabía quien se hallaba mas aterrorizado si la gente misma o el mal intento del cuerpo de policía que si apenas podían manejarse entre la multitud para intentar mantener el orden. Un caos organizado?? quizás podría enunciarse una teoría así, mas sin embargo algo si resaltaba y era el epicentro de aquella multitud enardecida por el horror, 2 seres bastante peculiares de apariencia bastante grotesca atacaban con ímpetu a todo lo que tocaban. Fuera de sí mismos quizás, no se conocían sus verdaderas intenciones, pero al cabo de poco tiempo uno de aquellos que denominan heroes por excelencia aparecía haciendo gala de su capa roja y uniforme con tonada azuladas, parecía no temer a ser visto por los ciudadanos y menos si tenía que ayudar. Salvando algunas pocas vidas las llevó a un lugar seguro y de ahi quedándose listo para luchar parecía tener mucho que hacer.

Mas abajo una joven luchaba por ayudar a mantener la calma entre las masas, sin embargo una muchedumbre aterrada es mas peligrosa que una estampida de toros, ahora sus ojos solo reflejaban el miedo animal que muchas veces ya había reconocido en los ojos de a quienes había tenido que matar bajo su propia mano. La deliciosa ironía parecía deleitarle de manera casi perfecta. Parado en uno de los edificios mas altos se hallaba silencioso, suspendido con elegancia con los brazos cruzados, en donde solo su sombra se vería estando a una distancia demasiado corta. Por naturaleza le gustaba apreciar los buenos espectáculos, aún así cuando no era él quien los ocasionaba. Una sonrisa se dibujaba en aquel rostro mientras aguardaba silente por nuevos hechos en aquella selva de concreto la cual ahora presenciaba el reincio de una era de destrucción y que mejor manera que bajo su propia mano...**