Celda- Poison Ivy

Silencio, en aquel lugar que podría representar el mismo infierno, estaba encerrada una mujer que tan solo buscaba la libertad y la paz que una vez había pensado que podría obtener.
Humanos idiotas si los había, todos caminando sobre la tierra que alguna vez fueron selvas, bosques, ríos….donde la vegetación dominaba sobre todos y ellos al crearse la arruinaron cada vez mas hasta casi hacerla desaparecer completamente, entonces….estaba mal que esta mujer les quisiera demostrar que el homosapiens podría estar en el escalón mas bajo de la cadena alimenticia? Estaba mal que fueran sus manos las pecadoras demostrándole a Dios que su misma creación fue la que arruino todo? Y cuando finalmente esta mujer había encontrado un lugar para vivir lejos de todos esos pecadores, fueron ellos mismos a buscarla a pesar de que no había echo nada y destruyeron su pequeño mundo....ellos estaban mal, no había dudas, todos los humanos son iguales a las cucarachas, se arrastran, dominan y se expanden como las plagas destruyendo todo a su paso. Y ella que mal había realizado entonces?.

No podía definir la femenina cuanto tiempo había estado en aquel lugar, una celda sin ventanas sin ninguna señal que marcara el tiempo transcurrido, sin ver el sol, sin sentir la brisa, totalmente apartada de la tierra que ella necesitaba sentir bajo sus pies descalzos. Ese lugar conocido como Arkham Asylum, era la cárcel más peligrosa entre todas las que pudieran existir en el mundo, todos los locos, los peores asesinos, todos aquellos que habrían infringido la ley se encontraban allí. Y la mujer de la que estamos hablando era una de las mas peligrosas que había en aquel lugar, no por los pecados que podría haber cometido, pues su cuerpo como Eva , era tan hermoso como mortal, pues si alguien observara dentro de aquella celda podrían ver a una mujer con una belleza que opacaría a otras de largos cabellos rojizos ondulados, de piel con una tonalidad verdosa pero a pesar de eso podría dar la sensación de suavidad y delicadeza jamás vistas, vestía aquellos ropajes de aquella cárcel en tonalidad naranjas, que a pesar de ser comunes y corrientes, estas no perdían la gracia de mostrar su bello y voluptuoso cuerpo.
Estaba sentada en lo que seria aquella cama dura de cárcel apoyando los pies sobre el frió piso de metal, su celda no estaba en contacto con nada que sea la tierra o las plantas, pues ella se entendía y las manejaba como si fueran parte de su ser, pero los humanos son cortos de ideas, y no entienden absolutamente nada, y en especial a las mujeres, esta cerraba sus ojos y a pesar de las grandes capas de metal del suelo podía sentir cada raíz bajo aquel lugar recorrer lentamente la superficie, en todo ese tiempo ella permaneció incrementando su poder bajo aquel lugar de forma que ya todos los alrededores y debajo de aquel lugar estaban completamente lleno de plantas y raíces, y ellos no sabían que sus “niñas” se encontraban allí. No había apuro, la venganza seria dulce si se había como conseguirla

Yo les doy de la tierra todas las plantas que producen semilla y todos los árboles que dan fruto con semilla; todo esto les servirá de alimento. Y doy la hierba verde como alimento a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo y a todos los seres vivientes que se arrastran por la tierra

Dijo la femenina con su voz suave, elegante y sensual a la vez, recitando aquella parte de la Biblia, una sonrisa maquiavélica se dibujaron en tan carnosos y lujuriosos labios

pero las plantas se revelaran contra el creador del todo y de aquellos que no supieron apreciar tan preciado don….todo es cuestión de tiempo y si dios hizo el paraíso en 7 días, cuanto creen que me tomara a mi?

Dejo nuevamente que el silencio se apoderara de aquel pequeño lugar, mas su sonrisa no se borraba de tan mortales labios, algo pasaba, un presentimiento, algo que cambiaria nuevamente el transcurso de su camino, el tiempo estaba a su favor y con mas fuerzas que nunca.

La gente no lo entiende, o tal vez no lo quiere entender, de que la vida, se resume, a fin de cuentas, en un juego de ajedrez. La mayoría de las personas no son más que piezas de ese juego invisible, totalmente ignorantes de su propia importancia o posición en ese juego. Como los propios peones, algunos de ellos tienen la oportunidad de cambiar su valía, y llegar a ser la máxima pieza. Y con convicción, pueden convertirse ellos mismos en un jugador, y disponer las piezas.

A eso, se le llama forjar el destino, un potencial que todos tienen, pero pocos aprovechan. Por eso es que aquel jugador asume el destino de dirigir los movimientos de aquellas ignorantes piezas, una responsabilidad pesada, necesaria para guiar hacía la evolución de esas piezas. Eso conlleva una necesaria visión, una meta fija en el horizonte, que implica él no detenerse ante ningún obstáculo. Una crueldad necesaria para poder impulsar el desarrollo máximo del potencial humano.

Nuestro jugador se detiene un momento, evalúa la disposición que ha adquirido el tablero después de tantas jugadas. Frente a él, del lado opuesto, se halla un mito viviente, un ser de otro mundo, que frena esa evolución, o mejor dicho, el ansia de evolucionar de los seres comunes. Pues al ver el mito encarnado, las piezas descubren que jamás podrán ser “rey”, y dejan de intentarlo.

Pero aquel jugador que se enfrenta a un dios, no declina su objetivo, pues su esperanza es mayor que aquella aura intimidante que despide su adversario. O tal vez sea ambición, pero es una emoción que propulsa su privilegiada mente en este juego. Su atención se centra en determinadas piezas, planeado estrategias sobre estrategias, y finalmente, hace su movimiento, tomando con sus gráciles dedos la pieza más dúctil: la Reina.

Como el aleteo de una mariposa genera un huracán, aquel movimiento tuvo como consecuencia final el ingreso de un vehículo sin matricula a través de las barrocas verjas del nefastamente famoso Asilo de Arkaham. Del auto, un Volvo negro, descendió un hombre de traje, de delgada complexión, cabellos oscuros prolijamente corto, mandíbula robusta, y una expresión seria en su rostro ocultada detrás de elegantes anteojos de sol. De su mano, llevaba un maletín de ébano tono, y con un paso firme, que indicaba cierta disciplina marcial, se introdujo por la entrada principal.

Corta fue su estadía ante la mesa de entrada, al presentar aquellos papeles que le concedieron un rápido acceso a una sala discreta, de paredes desnudas, que solo albergaba una mesa de metal y un par de sillas a cada lado. Una cámara de vigilancia permanecía como el único vigía visible del lugar, mientras los otros dos permanecían del lado opuesto de la discreta puerta que permitía el acceso a ese cuarto.

Sentado en una de aquellas sillas ergonómicas, no diseñadas para la comodidad de su usuario, esperó pacientemente la llegada de su interlocutora, escoltada, seguramente, por algún guardia, que abandonaría la habitación antes de comenzar la entrevista. Y cuando la misma comenzará, la cámara se apagaría, y solo esos dos sabrían que es lo que ocurriría allí.

Y allí estaba ella en la oscuridad en lo que se había convertido su mundo, sola en aquella habitación pequeña siendo amiga del silencio, el frió y la soledad que ellas traían como regalo para la femenina, pero ella estaba bien, mas aquella sonrisa en sus labios pecadores no se borraron en ningún instante. Pero algo interrumpió aquel lapso de tranquilidad, los sonidos de unos pasos y el crujir de la puerta de su celda abrirse, allí estaba uno de los imponentes guardias de aquel lugar que al parecer traía consigo mas de lo creía

Tienes una visita

dijo de manera seca y dura, mostrando un gesto fruncido en su rostro, el sabia que era peligrosa, mas aun para un hombre, seguramente no entendía quien podría buscar a tan peligrosa y arma mortal que era aquel demonio envuelto en tan encantador cuerpo de mujer, intento no mirarla fijamente para no evitar ser atraído por el pecado caminante, mas aquella pelirroja se daba cuenta de cada uno de sus pensamientos y acciones con tan solo verlo allí parado, los hombres son mas débiles de lo que creen, los hombres son superiores a las mujeres? IGNORANTES! Solo podía llamárselos así y con aquella tonada si aquellos machos no comprenden la verdadera escala y diferencia notoria que hay entre ambos sexos, y las mujeres iban por muy arriba de ellos

Ohhh así que un visitante – dijo con su voz risueña y encantadora- pero cariño cambia ese rostro, que hace tanto que no veo uno que al menos puedes sonreír para mí

Ella sonrió, jugaba con su mente, con sus palabras, hombres…seguían siendo la misma bazofia sin importar su envase , su contenido seguía siendo el mismo. El la apuro a salir poniéndole unas esposas, ella se dejo casi como si se divirtiera, era divertido salir de aquel pequeño lugar y observar un poco la inmensidad de aquel espacio, mientras caminaban por los pasillos, algunos hombres dentro de sus celdas al verla pasar silbaban y decían algunas palabras al aire, mas aquella mujer tan solo sonreía y guiñaba un ojo sin importar a quien, si…aun podía tener mas de lo que pensaba.

Finalmente llegaron a esa sala, donde nuevamente las 4 paredes marcaban el pequeño lugar donde estaría, una mesa, dos sillas y aquel hombre de traje, , el guardia se fue pero antes le saco las esposas la mujer, ella tan solo se divirtió tirándole un beso cuando se retiraba, posando ahora su nueva atención en aquel hombre

hace mucho tiempo que no salgo y debo tener suerte – decía mientras que en vez de sentarse en la silla se sentaba en el borde de la mesa cruzándose de piernas, mostrando aquella figura reluciente escondida en tan telas baratas- ya vi 2 hombres – su voz era dulce, sensual, casi atrayente como la voz de una serpiente manipuladora- y quien eres que pediste verme aquí?

Dijo mientras lo miraba fijamente a los ojos casi como si se divirtiera en un parque de diversiones.

"Ven a jugar", le dijo la mosca a la araña, una frase que bien podía describir aquella curiosa situación. La mujer que ingreso a la espartana habitación era la lujuria caminado, cada movimiento, cada balanceo de sus curvas, cada vistazo inocente de su carne, estaba dispuesto y orquestado primorosamente para atraer a cuanto incauto cayera bajo sus terribles encantos. Como una Venus atrapamoscas, aquella letal figura femenina, desplegaba sus pétalos, para atraer a sus presas… y devorarlas.

Segura de si misma, de aquella belleza afrodisiaca que destilaba, avanzo hacía el hombre, y le hablo con un tono capaz de derretir los más fríos corazones y hacer pecar a Eva. Sentándose provocativamente aquel rostro, capaz de hacer zarpar mil barcos, sin duda esperaba hipnotizar a su inesperado visitante con su belleza.

Más vana fue aquella esperanza, si es que existió. De aquella boca, no escapo ningún vocablo, y con movimientos rápidos y eficientes, colocó el maletín sobre la mesa, y abrió los dos pestillos que lo mantenían cerrado. Al levantar la tapa, su contenido se revelo como un conjunto de papeles prolijamente ordenados, más las apariencias engañan, como pronto se demostró el intrigante personaje, al retirar los papeles y levantar el aparente fondo del dispositivo, revelando un doble fondo. En el estrecho compartimiento, había una jeringa vacía y otra llena con algún líquido, y alguna clase de dispositivo eléctrico. Este último fue extraído por el hombre, y al activarlo, se revelo que era un reproductor multimedia con una pantalla de 7 pulgadas, con un mensaje pregrabado de video. Este comenzó a reproducirse, y así Ivy pudo observar en la pantalla la imagen de un conocido de ella: Lex Luthor.

El arrogante y carismático personaje, había filmado aquel mensaje en su propio despacho de Lexcorp, vestido con uno de sus habituales trajes negros con camisa blanca. Su rostro esboza aquella expresión soberbia y sonriente tan propia de él.

“Hola, mi querida Poison Ivy. Espero sepas disculpar la impersonal manera que tengo de hacerte llegar este mensaje, pero esta la forma más segura para evadir oídos ajenos. –comenzaba diciendo el empresario –Quiero contar con tus servicios y habilidades para un pequeño proyecto que tengo en mente, pero no me eres de ninguna utilidad en aquella fría celda. Por eso, pongo a disposición los medios para salir del lugar, sin que tu salida sea notada de ninguna forma.

“En la valija que está frente a ti, notarás una jeringa vacía. Quiero que la llenes con tu sangre, eso me servirá para hacer un clon de ti, el cual tomará tu lugar en el Asilo. El cambio será en la noche siguiente a la recepción de este mensaje.
La otra jeringa, si es que te lo preguntas, es un pequeño desafío, una prueba para medir tus ponderados talentos. Dentro, contiene el más letal veneno que Lexcorp ha podido crear. He escuchado que eres inmune a los venenos y quiero probar si tu inmunidad natural, supera a mi esfuerzo tecno - biológico.

"Confió en que aceptes nuestro pequeño trato, ya que la alternativa es…..bueno, bastante desagradable. Continuar la estadía esa frio prisión, puede ser una muy mala elección.

"El resto de las condiciones las discutiremos en persona.

"Hasta nuestro encuentro, señorita Ivy."

La pantalla regresó a su habitual negro, y su silencio inicial, mientras que fue guardado nuevamente en su escondite. Ningún vocablo fue pronunciado, ni siquiera entonces por el individuo de negro, el cual espero imperturbable la decisión de la joven. Y una pregunta ahora quedaba pendiente en el aire, y su presencia no le era ajena a los presentes: ¿Quién era la araña, y quien la mosca?

La pelirroja esperaba alguna respuesta de aquel hombre de traje, pero al parecer este no hablaría. “Un hombre que no habla? Como no se me ocurrió antes” –pensó la femenina riéndose para sus adentros de aquel frente a ella, mas apresto atención cuando este acerco la valija y al abrirla vio dos jeringas y al parecer un pequeño reproductor al que le puso play para ver una grabación y para la sorpresa de ella….un rostro que hace mucho no veía se le dirigía.

Lex Luthor, hombre interesante de los pocos que podrían verse en el mundo según los ojos de la femenina, salvo por un pequeño problema….una gran enfermedad mental y obsesiva por un súper héroe extraterrestre, era una pena, pero una verdad sin dudas.
Observo el video de reojo, mientras sus dedos jugaban con sus largos cabellos rojizos, era increíble lo que hacia un hombre cuando buscaba favorecerse, era capaz de hacer tantas cosas para lograr su objetivo, por ejemplo…sacarla a ella de allí.
Escucho atentamente y cuando termino el video, hizo unos segundos de silencio y luego de sus carnosos labios dejaron salir una risa contagiadora

Es increíble! – decía mientras se reía- probarme a mi con un veneno? Que hombre tan estupido

Su risa continuo un poco mas, si no fuera por esas paredes que contenían los ruidos se habría escuchado claramente su risa, cuando se contuvo, comenzó a analizar el porque de este acercamiento, un proyecto? Ella sabia bien que cualquier cosa que el realizara era para acabar con esa “S” gigante sobre su espalda, no había otra cosa en la cabeza de aquel hombre que no fuera eso, así que sabia fuera lo que fuera el proyecto, sin dudas tendría que ver con el, mas el clon…no estaba segura, darle a alguien la capacidad de acceder a su sangre tan fácilmente, No lo veía muy satisfactorio, no sabia que usos extras podría darle a ella, pero algo que dijo tenia razón salir de ese lugar sin ser notada seria bastante a su favor, le daría tiempo hasta que Batman se diera cuenta, quizás el suficiente para prepararse para el, si seguía su plan de salida con sus pequeñas niñas llamaría demasiado la atención, quizás…eso podría realizarlo mas adelante, que mejor manera de demostrarle a la rata alada que la ciudad tendría que ser enjuiciada sino es hacerlo primero con todas esas cucarachas rastreras que hay en ese lugar?

Tomo la jeringa vacía, y sonriendo de costado, saco una buena muestra de sangre y la dejo nuevamente en el maletín, acto seguido agarro la famosa jeringa con veneno, por un instante pensó que podría haber algo mas en ella, algo que quizás no le había dicho, no le sorprendería, los humanos son mentirosos…había algo que lo separara a el del resto? NADA. Pero bueno…sea como sea no había nada que perder, fue así que se inyecto en la vena principal aquel contenido y cerrando los ojos espero unos instantes, mientras aquel veneno transcurría por todo su corriente sanguíneo y por ende todo su cuerpo, a unos cuantos minutos volvió a abrirlo sus ojos verdes vibraban aun con toda su vitalidad y con una sonrisa aun mas alargada y atractiva tiro con suavidad aquel instrumento dentro del maletín

Un paso mas en falso para la humanidad, al parecer les debe pagar muy poco si creen que a esto se le puede llamar veneno…los humanos aun no comprenden el valor de ello

Mantuvo la sonrisa y cerro ella misma el maletín, para luego dirigir su potente mirada nuevamente a aquel servidor del magnate

Escúchame cariño ve a decirle a tu dueño que acepto, mas aun tengo cosas que quiero decirle –sonríe sensualmente- frente a frente, será cuestión de esperar unas horas

Dio un pequeño salto de la mesa al suelo , parándose con una mano en su pequeña y fina cadera

Si no tienes nada más que hacer, puedes retirarte, hoy no es mi día para tener acceso a diversiones carnales

Decía casi jugando con sus palabras, Lex Luthor…aquel hombre había ganado una partida, mas el Jaque mate sabia que lo ganaría ella.

El hombre la miró sin expresión, no pudiendo saber si las palabras de la femenina lo habían afectado o no. Tomo el maletín cerrado y dio un discreto golpe a la puerta. Como si este fuera alguna clase de código, los guardias abrieron la puerta y le abrieron paso para que la silenciosa figura se vaya tan discretamente como había entrado. Su visita no sería asentada en el registro, y su figura jamás aparecería en las cámaras de seguridad. Y los generosos donativos de Lexcorp al Asilo Arakham continuarían llegando. Todos felices.

Nuestro protagonista subió a su coche, marchándose del lugar, y mientras lo hacía, extrajo su celular, y marco un único número. Una ronca palabra fue expresada por su dañada garganta, una consecuencia más de la misma explosión que años atrás le había dejado secuelas irreversibles, como la pérdida completa del olfato.

Su trabajo estaba realizado, ahora era solo un pequeño peón que regresaba a su hogar, quedando fuera del tablero, mientras piezas más importantes ocupaban su lugar. Escapó de la oscura ciudad, de sus siniestras calles, donde las locuras de un payaso eran como un ritual convocando a un hombre transformado en monstruo, un Hombre del Saco con alas de murciélago, y recuerdos imborrables.

Horas más tarde, rozando la mañana, llegó el camión de la lavandería, para enviar toda la ropa y sabanas sucias a lavar. Con ellos, venía una pelirroja, vestida del uniforme de ese servicio y su abundante cabellera escondida en una gorra y trenzada. Con discreción, la mujer se deslizo con sigilo dentro del edificio. Camino evadiendo cada cámara de seguridad, y a cada guardia del sitio, llegando sin novedad hasta la habitación donde se hallaba su gemela.

Ingreso con una llave duplicada, y una vez dentro, despertó a la que yacía en la cama. Después de hablar entre sí, ambas se apresuraron a intercambiarse la ropa, y la falsa lavandera se acostó en la cama, contemplando la celda que sería su hogar por los próximos días. Pronto el camión de lavandería, terminada la carga de ropa, se alejo con la verdadera Ivy, escapando bajo los propios ojos de los guardias de seguridad.

Una vez más, un discreto aviso fue enviado al estratega detrás de toda aquella maniobra. El medio de transporte sería cambiado, el camión reemplazada por un elegante coche, y la Dra Irving tendría la primera entrevista con su nuevo empleador.