Nuevos comienzos

**Cielos azulados, poblados de nubes, corren si cesar a través de las frescas brisas marítimas, trayendo nuevas noticias a un pequeño lugar aislado de todo el mundo perteneciente a los humanos, una pequeña isla, la cual alberga en su interior la ultima esperanza mutante, una utopía fundada desde tiempos atrás por un hombre con un sueño, y ahora hecho una realidad se alza imponente aquella colonia conocida como Genosha, una isla que sirve de refugio para aquellos privilegiados con el gen mutante, son mas que bienvenidos y por medio de aquella interminable lucha fue como uno de los mas grandes y poderosos mutantes consiguió su control para sus fines. Desde un lugar alejado una silueta imponente se perfila, un sonido magnético cruza el silencio que invade la habitación, mientras la difusa silueta se pasea a gusto de un lado a otro. Unos cabellos desordenados y un rostro golpeado por los años y la vida misma se encuentran en la oscuridad observando aquello que había reclamado con tanto esfuerzo. De repente elevando con hastío al aire una mirada llena de odio y resentimiento exclamó casi como un susurro para sí mismo.

Es esto lo que he creado por mi propia mano... un mundo de mutantes para mutantes... pero porque solo limitarnos a una pequeña isla como un grupo de reos enfermos??... la plaga son aquellas razas inferiores que se encuentran mas abajo en la escala de la evolución...

Apretando con fuerza sus puños parecía enojado, realmente le molestaba el hecho de tener que compartir la tierra con aquellos que tiempo atrás habían cometido terribles atrocidades contra su propia gente, no cabía en el pensamiento de nadie como sería capas el hombre mismo de hacerse tanto daño, quizás si aquel sueño por el que tanto ha luchado se lograse el mundo seria un lugar mas pacífico y tolerante, era el momento de que su raza se alzara gloriosa y reclamase el lugar que merece. Luego avanzando lentamente se acercó a una mesa en donde un casco se hallaba colocado. Extendiendo su diestra como si fuese algo muy ligero le arrastró por el aire mientras este obediente iba a las manos de su mano. Luego colocándolo sobre su cabeza dejando sus ojos en sombras dejó que los recuerdos inundasen la habitación hasta el más recóndito de sus rincones. Sin embargo enfocando su mente nuevamente y manteniendo la compostura exclamó con orgullo.

Espero querido amigo... que tu sueño no sea en vano... porque no permitiré que ninguno de esos malditos primates quede con vida... la era de los mutantes esta por comenzar y la guerra es algo inevitable... venimos de ella, vivimos de ella y vivimos para ella...

Y elevandose por los aires con suavidad salió de la habitación para precipitarse a la grandeza de aquel sitio que el mismo habia edificado.**